Tormenta Melissa: Cuando la Incertidumbre se Vuelve Agua Fría

Tormenta Melissa

La tormenta tropical Melissa no solo trajo lluvia; desató un diluvio de angustia. Desde las primeras luces de ayer, sus aguaceros implacables han reescrito el paisaje del Sur, transformando la rutina en una emergencia. Hoy, el foco de la devastación está marcado en rojo vivo: Peravia y San Cristóbal luchan contra la furia del agua.

Alerta roja tormenta melissa
Alerta roja tormenta melissa

Para sus habitantes, la pesadilla no es nueva, solo se agrava. Desde el pasado miércoles, la incertidumbre se ha instalado como un huésped frío, anidando en cada hogar. El miedo a perderlo todo —muebles, recuerdos, la vida entera— ha mantenido a las familias en un insomnio acuático, con la mirada fija en el nivel del agua.

El impacto visual era desolador. En la calle Marcial Soto esquina #5, la vía dejó de ser asfalto para convertirse en un río marrón y turbio, indomable, que estrangulaba el tránsito y cortaba el paso a los peatones.

El clímax llegó después de las tres de la tarde. En algunos tramos, el agua estancada lamía la parte superior de las aceras, un límite fácilmente superado. En otros, el líquido cubría por completo las llantas de los vehículos, alzándose como una marea silenciosa. Los pocos transeúntes que se atrevían a cruzar, sintieron cómo esa agua fría, pesada y sucia, les mordía las rodillas y pantorrillas, una prueba helada de que, para muchos en el Sur, la tranquilidad ha sido arrastrada por la corriente de Melissa.

Go up